Sobre la oración a la Santa Muerte
La comunicación con la Santa Muerte se realiza principalmente a través de oraciones, rezos y conversaciones personales que el devoto entabla frente al altar. No existe un libro oficial de rezos (como un misal), pero sí abundan oraciones populares transmitidas oralmente o publicadas en folletos devocionales. Aquí te orientaremos sobre cómo orar, con algunos ejemplos, y la diferencia entre hacerlo desde una postura de devoción religiosa o desde una práctica mágica, así como la distinción entre peticiones y agradecimientos en el culto.
Cómo orar con la Santa Muerte
Ante todo, habla con ella con total sinceridad. La Santa Muerte prefiere la honestidad y la entrega aunque sea con palabras sencillas, que discursos rebuscados sin sentimiento. Puedes dirigirte a ella mentalmente o en voz alta; muchos prefieren voz alta porque así “se activa” más la intención y, si hay otros presentes (por ejemplo en un rosario colectivo), todos pueden unirse. Puedes nombrarla de la forma que te resulte más cómoda: Santísima Muerte, Madre Santa, Niña Blanca, Mi Flaquita, etc., según te nazca y el nivel de confianza que sientas. Ella no se ofende por los apelativos cariñosos siempre que la trates con respeto. Evita, por supuesto, tratarla con soberbia o altanería, ella no es tu servidora, es una poderosa protectora a la que se le ruega y con la que se dialoga.
Un esquema básico para orar con la Santa Muerte puede ser: saludo, alabanza, petición y agradecimiento. Por ejemplo:
“Santísima Muerte, divina señora, dueña de mi destino, te saludo en esta hora…” (saludo y reconocimiento), “Tú que eres justa entre las justas, protectora de los desamparados, poderosa entre los cielos…” (alabanza de sus virtudes), “te pido humildemente que me ayudes en [expresar problema o deseo]” (petición específica), “a cambio te ofrezco mi devoción y esta vela, prometo honrar tu nombre… y te doy gracias porque sé que me escuchas. Así sea.” (agradecimiento anticipado y cierre).
No todas las oraciones siguen esto al pie de la letra, pero es una guía sencilla para cuando quieras escribir tus propias oraciones. No hay nada más valioso que tus propias palabras nacidas de la devoción genuina. Si te cuesta empezar, puedes usar oraciones ya escritas (en esta sección encontrarás nuestro oracionero), pero siempre poniendo intención real al recitarlas. Con el tiempo, muchos devotos terminan hablándole espontáneamente y de forma amistosa a la Niña Blanca. Y eso está bien, demuestra confianza y amor por alguien que siempre está con nosotros.
Devoción vs. ritual mágico:
La Santa Muerte es una poderosísima aliada en el trabajo mágico. Por ello es común rezarle con intenciones mágicas. La diferencia principal entre la oración devocional y la mágica reside en la intención y el tono. En una oración devocional, uno se dirige a la Santa Muerte de forma reverente, pidiendo su intercesión ante Dios o su ayuda por misericordia. Se apela a su bondad, a su justicia y amor. En cambio, en un contexto mágico, la Santa Muerte es invocada con un tono más ceremonial y directo para que ejerza su poder en el mundo material. Por ejemplo, en diferentes rituales un practicante puede decir: “Por el poder de tu guadaña invencible, te invoco, Santa Muerte, para que cortes las energías negativas de Fulano…” o incluso usar lenguaje imperativo “Ven, Santa Muerte, a cumplir este encargo que te pido…”. Cabe señalar que incluso en la magia, se le tiene respeto, pero el lenguaje es más parecido a “dar una orden” o “dirigir” la energía, en lugar de solicitar humildemente. Si se va a trabajar con la Santa Muerte, aconsejamos que haya una devoción y una experiencia previa en el culto y trato. No porque la Santa Muerte vaya a ser vengativa con nuestro trato, sino porque no es respetuoso pedir a ese nivel si todavía no te has acercado con respeto previamente y con devoción real.
Peticiones vs. Agradecimientos:
En cualquier relación con lo divino, no solo se pide: también se agradece. Las peticiones son las solicitudes de favores o milagros que hacemos en nuestras oraciones. Los agradecimientos y ofrendas son las expresiones de gratitud por los favores recibidos o simplemente por la protección diaria.
Cuando formulas una petición, sé claro y específico pero también realista y justo. La Santa Muerte, dicen sus fieles, concede lo que uno le pide tal cual, por eso conviene pensar bien las palabras. Por ejemplo, en vez de decir “haz que mi vecino se mude” (quizá muy abrupto), podrías pedir “trae paz a mi hogar y aléjanos de la persona que nos hace daño” y dejar que ella decida cómo. Es importante no exigir imposibles o cosas que van a molestar a la Santa Muerte. También se acostumbra a realizar ofrendas a cambio del favor: esto es parte de la reciprocidad que mantenemos siempre con la Santa Muerte. Puedes decir: “Si me ayudas en X te ofreceré X.” Por ejemplo: “si me curas de esta enfermedad, te llevaré una corona de flores blancas a tu altar”, o “te dedicaré un rosario cada mes”. Nunca prometas algo que no cumplirás: La Santísima espera que se le cumpla lo que se le dice, por eso es preferible no ofrecer nada que luego olvides o no puedas hacer. Incumplir una promesa se considera una falta de respeto. A pesar de ello, y por experiencia propia, la Santa Muerte siempre sabe perdonar nuestras faltas, porque ante todo es sabia y justa con los devotos de corazón.
Las oraciones de agradecimiento son importantes y deben ser sentidas para expresar y compartir nuestra felicidad. Una forma sencilla de agradecimiento puede ser: “Gracias, Santísima Muerte, porque escuchaste mi súplica y me ayudaste en X. Te estoy eternamente agradecido. Como prometí, te traigo esta ofrenda en señal de mi gratitud.” y damos lo prometido (veladora, flores, etc.). Algunos devotos publican en periódicos populares pequeñas “esquelas” agradeciendo públicamente a la Santa Muerte por el favor concedido, como antes se hacía con San Judas Tadeo o la Virgen (es una forma de difundir su milagro). Otros realizan una manda: por ejemplo, peregrinar descalzo hasta su santuario, o hacer una pequeña obra benéfica en su nombre.
Otras formas de oración
También existen los rosarios a la Santa Muerte: similares al rosario mariano pero adaptando las oraciones (por ejemplo, en lugar de Ave María se reza Dios te salve, Santa Muerte, llena eres de luz, bendita entre las criaturas… etc. – hay varias versiones que puedes encontrar en nuestro oracionero). No todos los devotos se sienten cómodos utilizándolos, pero son una buena forma de meditación y devoción con nuestra madre.
En resumen, lo importante es dirigirnos a nuestra Santa Muerte desde la devoción, la humildad, el amor y la honestidad. Estamos ante una Santa protectora y amorosa, pero que exige respeto, reciprocidad y cariño. La Santa Muerte ayuda, cuida y concede favores, y merece que se le agradezca con amor y devoción de tu parte: tu oración, tu respeto y tu cumplimiento de palabra.
